Vivir es un desafío continuo. En un mundo en constante cambio, acomodarse y rendirse ante la rutina - más o menos cómoda-, no puede sino impedirnos llegar más lejos.
En 2013, la manida frase de "Todo llega" me demostró lo importante que es tener paciencia y conservar las fuerzas, cuando tras una larga búsqueda, me ofrecieron un puesto de trabajo en un país lejos de casa.
En 2013, comencé, con frecuencia, a hablar de mí, en la primera persona del plural, poniendo en evidencia que mi corazón está alegremente ocupado.
Os deseo un muy feliz 2014.
Por mi parte, me propongo como deber, aunque que de obligación tenga poco, retomar este espacio, y reto al 2014 a que sea, al menos, tan bueno como su predecesor.