El sonido de la tormenta tras las ventanas no consiguió ocultar el ruido del asalto. Así que mamá bajó las escaleras corriendo para comprobar los daños. Y allí estaban, aún temblando sobre la mesa, las lilas tumbadas, el jarrón de cristal destrozado en innumerables pedazos, y el agua llorando sobre la alfombra, gota a gota.
De pie, al lado de la mesa, el chiquillo travieso, fingía estar sorprendido ante esa visión.
No hicieron falta preguntas, sólo esa mirada inquisitiva que tienen todas las madres.
Entonces, el pequeño cogió su lupa de explorador/coleccionista de sellos e impostando una voz detectivesca rompió el silencio:
— Es un misterio fascinante.
Me gusta tu estilo al expresarte, ademas me encanta el nombre del blog, me quedoooooo.
ResponderEliminarMe gusta el mood de tu texto, medio travieso, medio serio.Y sí, la vida sería mejor si no perdiéramos esa motivación y fascinación natural que caracteriza a los niños. Cuando ya no hay misterios, you're dead.
ResponderEliminarNos leemos ;)
A mi me gusta el pibe, el pibe es un crack.
ResponderEliminarEse detective, me puede más que cualquier Perry Mason.
ResponderEliminar= )
ResponderEliminar(sólo se me ocurre esquematizar lo que has conseguido dibujar en mi cara)
BeSoTeS
Si es que no hay nada como echarle morro a la vida :) Con estilo y gracejo, claro.
ResponderEliminarJajajajajaj, acaso no son maravillosos?!
ResponderEliminarMe fascinan sus ocurrencias :)
=) HUMO
Muy bueno¡ El muchacho tiene futuro como político. Y tú como escritora :)
ResponderEliminarbesos
Ja ja ja así era yo cuando hacía que lloviera en las alfombras ja ja ja
ResponderEliminarEs buenísimo, lo he visto mentalmente ja ja ja
Besos increibles
Como escribe Dani.....lo he visto mentalmente.
ResponderEliminarBravo !!!Te saludo, Liliana
jajajajaja genia ♥
ResponderEliminar(me hizo acordar a mis hermanitos)
con respecto a las demasiadas tareas, es culpa de la uba.
un abrazo grande!
Je je. Los niños son realmente increibles. Son puros, sinceros y directos.
ResponderEliminarSaludos, Tincho
Me encanta!. La mente de los nilos es mágica y con ella nos envuelven. Besos.
ResponderEliminarGran niño! :D
ResponderEliminarUn niño muy inteligente!! :)
ResponderEliminarEn mi opinión, la culpa hay que repartirla a partes iguales entre las dos partes implicadas: la madre y...las lilas.
ResponderEliminarLa madre por no haber leído el libro "101 actividades pare entretener a tu hijo en lugares cerrados". A poco que leyese, a lo mejor encontraba ahí una diversión para el rapaz, malo ha de ser.
Y las lilas porque seguro que estaban llenas de miles de orugas en forma de bolas saltarinas, que se asustaron con la tormenta, entraron en acción y despertaron la curiosidad del muchacho. Eso es lo que explica por qué tenía la lupa tan a mano, para examinar a los gusanitos mejor. El resto, sigue siendo un misterio fascinante, jaja.
Besos
El pequeño explorardor es un crack.
ResponderEliminarMi aplauso para él.
Besos.
La curiosidad mueve el mundo! :)
ResponderEliminarBss y gracias por tu visita.
¡Ja,ja...! El chiquillo promete.
ResponderEliminarBesos
jajajajaa, qué listo el chavalín... ;-)
ResponderEliminarUn beso gordo, Lucía.
madre e hijo...
ResponderEliminar"Y allí estaban, aún temblando sobre la mesa, las lilas tumbadas, el jarrón de cristal destrozado en innumerables pedazos, y el agua llorando sobre la alfombra, gota a gota."
ResponderEliminarSimplemente hermoso.
¡Claro que te contaré sobre mi viaje, Lucía querida! Sólo hará falta que termine de organizarme, pues -como te podrás imaginar- ando corriendo de aquí para allá tratando de empezar una vida nueva después de tan bonitas enseñanzas en Yucatán :D
ResponderEliminar¡Mucha luz!
Jajajajaja los niños pueden ser muy divertidos :P
ResponderEliminarel llorar, el sonreir... todo es muy relativo. Uno no llora solo por tristeza ni rie unicamente por alegria. Yo creo que es bueno recordar la mayoria de momentos, sean de lo que sean, porque eso es la vida, el recuerdo.
ResponderEliminarUn beso!
Me gusta tu blog, así que te sigo :)
ResponderEliminarQue cuento tan bonito y que prosa tan fina... Siempre agradable pasar por acá... Muchas gracias especialmente esta vez, por tus palabras en mi blog Lucía. Que estés muy bien!
ResponderEliminarEl niño travieso pensó que era la luna bella, y al querer acariciarla se fragmentó en mil pedazos.
ResponderEliminar_Es fantástico, exclamó: ahora tengo mil lunas.
y su mamá sonrió, las lilas aplaudieron y el
agua se ahogó de risa....