viernes, 13 de julio de 2012

Gabo no volverá a escribir

Hace pocos días se ha difundido la noticia de que Gabriel García Márquez tiene demencia. Así lo anunciaba su hermano junto con la consecuencia inevitable: no habrá más letras de su autoría.
Es una noticia triste. Es, probablemente, mi escritor favorito, y, por ello, creo haber leído toda su obra hasta la fecha. Me cuesta hacerme a la idea de que no habrá más libros suyos...

Un mes atrás, en el aeropuerto de Madrid, en una de esas tiendas de prensa y libros para los viajeros aburridos, encontré un libro de Saramago que no conocía. Se titula "Claraboya". Me sorprendió, porque el portugués que, también es uno de mis autores predilectos, falleció hace dos años, con lo cual, al igual que García Márquez, el mundo se ha visto privado de sus líneas y tramas. Esta obra fue escrita hace 50 años, cuando él no era un autor de renombre. Entonces, la editorial no contestó a Saramago si era digna de publicación o no, hasta que, más de 30 años después, y en una mudanza, aparecieron las hojas y la editorial quiso publicar la novela. Saramago, probablemente herido en su orgullo, no quiso que, mientras él viviera, "Claraboya" viera la luz.

Quiero aferrarme a la esperanza de que haya algún conjunto de folios perdido en un cajón en casa de García Márquez, ya que, ahora, esa mente prodigiosa confunde la realidad con la ficción, quien sabe si la inventada en alguna de sus obras maestras.