Vierto algo de agua en
la tetera y la pongo a calentar. Pienso en mi búsqueda de otra casa
donde vivir –quizá en una ciudad diferente –, en encontrar un empleo a tiempo
parcial para conseguir algunas libras, y finalmente, en ese anhelo que me aleja de España: conseguir un trabajo "en lo mío".
El agua bulle y dejo caer una bolsita de Earl Grey en mi taza de Elvis, que se va a inundando poco a poco.
El agua bulle y dejo caer una bolsita de Earl Grey en mi taza de Elvis, que se va a inundando poco a poco.
Ya es otoño, y lleva varios días lloviendo sin parar.
Mi mente está tan hastiada de pesquisas que no parece darse cuenta de que mi mano, que no suelta una cucharilla, ha iniciado una competición de velocidad en la cual el té va a acabar mareado.
Mi mente está tan hastiada de pesquisas que no parece darse cuenta de que mi mano, que no suelta una cucharilla, ha iniciado una competición de velocidad en la cual el té va a acabar mareado.
Entre sorbito y sorbito,
sigo analizando alquileres y ofertas… me estoy haciendo mayor (y un poquito British).