domingo, 27 de marzo de 2011

Interrogatorios.

Estaba tan harta de tener que contestar siempre a las mismas preguntas, que, desde hacía tiempo, no se reconocía en la imagen que reflejaban de ella esas respuestas inmutables que de tan repetidas ya brotaban automáticas.

sábado, 19 de marzo de 2011

¡Que nos sorprenda bailando!

Esta noche podremos ver la Luna más grande y más brillante que en cualquier otra noche de los últimos treinta años (o de cualquier noche de nuestras vidas para aquéllos que tenemos menos de esa edad). Esto se debe a que el satélite se encontrará en el punto de la órbita terrestre más cercano a la Tierra (esa situación se denomina "perigeo"), y además, estará en fase de luna llena.

Os dejo un fragmento de "Pedro Páramo", de Juan Rulfo, que viene perfecto para la ocasión:

"Había una luna grande en medio del mundo. Se me perdían los ojos, mirándote. Los rayos de luna filtrándose sobre tu cara. No me cansaba de ver esa aparición que eras tú."

viernes, 11 de marzo de 2011

The nest of lovers (El nido de los amantes)

"(...)
Y yo te veo porque yo te quiero.
No era la juventud, era el amor
cuando entonces viví sin darme cuenta
con tu manera de mirar al viento,
al fruto verdadero. Viste arañas
donde siempre hubo música
lejos de tantos sueños que iluminan
esa manera de mirar las puertas
con la sorpresa de su certidumbre,
pálida el alma donde nunca hubo
oscuridad sino agua
y danza.

(...)

Y yo te veo porque yo te quiero.
Es el amor que no tiene sentido.
Alza tu cara ahora a medio viento
con transparencia y sin destino en torno
a la promesa de la primavera,
los manzanos con júbilo en tu cuerpo
que es armonía y es felicidad,
con la tersura de la timidez
cuando se hace de noche y crece el cielo
y el mar se va y no vuelve
cuando ahora vivo la alegría nueva,
muy lejos del recuerdo, el dolor solo,
la verdad del amor que es tuyo y mío."

Claudio Rodríguez.

jueves, 3 de marzo de 2011

Cosas que pasan (V)

Cada dos o tres meses, Jacobo cambia de afición preferida. Ahora tocaba la literatura, así que comenzó a leer la sección de cultura del periódico para informarse acerca de qué autor estaba de moda. Un día, se topó con un gran titular que anunciaba que, en un mes, un afamado escritor visitaría su ciudad, con motivo de la presentación de su última novela. De este escritor, las reseñas destacaban la sobriedad y la elegancia de sus textos. Jacobo sonrió, decidió que leería toda su bibliografía, ya que no había sido un autor muy prolífico, únicamente había publicado cinco novelas, aunque todas de gran calidad, por lo que comentaban los críticos. Comenzó a soñar con acudir a reuniones de intelectuales y participar en sus tertulias cual erudito, mostrando a los otros que él era un gran conocedor de este autor tan relevante.

Acudió a la librería más próxima a su casa y pidió todos los libros que tuvieran en existencias que hubieran nacido de la mente de ese grande. Sin embargo, para su decepción, se habían agotado todas sus novelas, y únicamente disponían de un ejemplar de su autobiografía, aunque le prometieron que en el plazo de una semana llegarían los volúmenes solicitados. Jacobo decidió que leer las memorias le daría un nuevo cariz a la lectura de las obras, una interpretación enriquecida de cada frase.

Según pasaba las páginas, Jacobo iba sintiendo más y más angustia, al comprobar como sus ilusiones se deshacían. El escritor había sido en su infancia un niño enclenque, en su adolescencia un pusilánime y en su época adulta era un hipocondríaco, un pagado de sí mismo y ...un sinvergüenza. De ninguna manera podría leer ninguna de las obras de este engendro, sentenció al cerrar el libro.

Jacobo estaba terriblemente desconsolado. Pero ya que había invertido su tiempo en conocer a fondo a este ser terrible, acudió a la cita vestido con su mejor traje, acompañado de un sombrero y unas gafitas redondas que había comprado para la ocasión, y que le daban un cierto aire bohemio, y en el turno de preguntas, levantó la mano para expresar, de manera solemne:

– Le odio.