jueves, 30 de julio de 2009

Lecturas al sol.

Hacía mucho tiempo que Julia deseaba abrir un libro y devorarlo, pero no podía. Era una de las desventajas de la vida tan ocupada que llevaba. Había empezado múltiples veces “Historia del cerco de Lisboa”, de Saramago; pero tuvo que claudicar y conformarse con leer una página cada día del maravilloso “Libro de los abrazos”, de Galeano, ya que la independencia de sus microrrelatos le permitía dividir el libro en pequeños trozos sin perder el hilo.

De Lunes a Viernes, Julia invertía su tiempo entre clases por la mañana, clases por la tarde, algo de deporte, y dormir. Los fines de semana, cuando no tenía montones de trabajo, le gustaba salir por la noche para conocer amores furtivos y efímeros (otra de las desventajas de su escasez de tiempo libre era el no tener tiempo para enamorarse, alguien que admiraba mucho ya se lo había advertido: me enamoré como una loca al acabar Derecho, porque en los cinco años anteriores no tuve la oportunidad).

Así que cuando llegó el verano, buscó un buen tomo entre todos los que llenaban las estanterías de su casa y se dispuso a deleitarse con su lectura al aire libre. De una mano llevaba “El jugador ”, de Dostoievski, de la otra, una vieja silla de camping.
Cuando se sentó serían las once de la mañana. El tiempo pasaba en su ciudad, mientras ella, ajena a todo, jugaba en los casinos de Ruletenburgo. Un par de horas y decenas de páginas después, una gota de sudor que caía de su frente la devolvió al patio de su casa. Cerró el libro, dando tregua a su mente y a su cuerpo levemente sonrosado.

viernes, 24 de julio de 2009

La ruptura.

- Espero que cuando vuelva tus cosas ya no estén aquí- dijo Elena.
- No te preocupes, así será – contestó él.

Elena cerró de un portazo la puerta del piso y también su relación amorosa con él. No podía aguantar más. Aprendió por las malas que no basta con querer a alguien y que ese alguien te quiera para llevar adelante una relación. La decisión estaba tomada, pero quedaba la tarea más difícil: olvidar.

Horas más tarde, cuando volvió al que había sido el refugio de los dos, subió las escaleras hasta el primero a oscuras, no quiso encender la luz, abrió la puerta a tientas, y se desplomó en el suelo. Cuando el nudo de su garganta se disipó dejándole tragar saliva, fueron sus ojos los que la traicionaron y estalló en lágrimas.
Pasado el primer torrente salino y sabiendo que vendrían muchos más, subió todas las persianas, abrió de par en par las ventanas y gritó hacia la calle que por fin era libre.

jueves, 23 de julio de 2009

La soledad (II).

Eva me dijo que cuando era pequeñita, creía que le gustaba estar sola. Años más tarde comprendió que no le quedaba más remedio que tener esa creencia, porque estaba tan perdida y rodeada de amistades tan vacías que tenía la sensación de soledad anclada en su cuerpo aún en compañía de toda esa gente que no le aportaba nada.

Me confesó: -Cuando conocí la amistad y el amor pude afirmar verdaderamente que me gustaba estar sola, porque desde entonces y por suerte, mis momentos de soledad han sido una elección.

La soledad.




El Domingo pasado el suplemento de El País incluía un reportaje titulado "Cómo viajar con los demás (o solo)", enmarcado en su sección de Psicología. Dado que acabo de venir de un viaje en grupo, me lancé a leerlo con interés.


En el artículo se pueden separar dos partes.

En la primera de ellas, el autor habla de los viajes que realizamos acompañados de otras personas, las rencillas que pueden aflorar y los presupuestos para que todo funcione bien: paciencia, flexibilidad, respeto, sentido del humor y gratitud. Prefiero no entrar a comentar más esta parte, porque en mi viaje creo que faltaron al menos tres en algún momento (y esto desencadenó algún que otro conflicto).
La segunda parte nos vende las ventajas de viajar solo (una de ellas ya ha aparecido implícitamente en la primera parte: evitar los problemas de la convivencia). El autor, que manifiesta haber experimentado la aventura de unas vacaciones en soledad, afirma que son convenientes para "crecer y madurar emocionalmente".

En este artículo aparecen varios aforismos que quiero compartir:
"¿Por qué, en general, se rehúye la soledad? Porque somos muy pocos los que encuentran compañía consigo mismos", Carlo Dossi.
"El instinto social de los hombres no se basa en el amor a la sociedad, sino en el miedo a la soledad", Arthur Schopenhauer.
"Aprendes a estar solo cuando comprendes que nunca lo estás realmente", Marc Oromí.

martes, 21 de julio de 2009

La tragedia del oído.

Había un hombre que creía que no sólo oía por las orejas. A esta conclusión llegó una noche de tormenta. Se puso tapones en los oídos para no escuchar los truenos, que le asustaban desde que otra noche de tormenta, treinta años atrás, su abuela le contara que eran lanzados por Dios para acabar con la gente mala: Si tu abuelo no se hubiera liado con esa fulana de la Mari Carmen, aún estaría entre nosotros. No es que aquel hombre fuera muy creyente, es más, no iba a misa más que en ocasiones en que hubiera algo para llenar la panza después de la eucaristía: bodas, bautizos, comuniones,..., y también para el entierro de su abuelo. Pero ya se sabe que nadie es bueno por completo, todos hemos cometido algún pecado, aunque sea de los pequeñitos.

Pese a los tapones, los truenos resonaban en su interior y cada vez más próximos. Pensó: este horrible sonido debe entrar por otro sitio hasta llegar a mi cabeza. Debía ser la nariz el otro receptor. Dicho y hecho: se la tapó y comenzó a respirar por la boca. No dió resultado, seguía oyendo los truenos. ¿Sería el hueco de sus labios despegados el camino? Buscó un pañuelo. Se tapó la boca y la nariz. No volvió a oír nada.

viernes, 17 de julio de 2009

Ciao Italia




Día 1.
Nos levantamos a las 6.30 a.m., el vuelo saldrá a las 9.55. Nervios antes de subir en el avión, para alguna va a ser el primer vuelo. Pitidos en el control de seguridad: piercings y chapas beatlelianas y ovejunas. Aplausos, ya hemos llegado a Bergamo, son las 12.00. Uy, qué nublado está, vaya frío que debe hacer, ponte la chaqueta. Pues no, vaya bochornazo. Joé, qué calor. Reencuentro con Sandra, en primera línea entre los que esperan.
Autobús desde el aeropuerto y ya estamos en Bergamo. ¿Qué mejor guía que nuestra Erasmus, jaja? ¡Qué bonito Bergamo! El funicular nos lleva de la Cittá Baja a la Alta y de la Alta a edificios y un castillo aún más arriba. Entre medias, un heladito italiano, eso que no falte, y algún incidente que otro con un polo de mango. Ains.
Para cenar, un aperitivo, una de las mejores cosas autóctonas, pagando una bebida tienes derecho a cuanta comida quieras, ocasión inmejorable para probar pastas frías, calientes, ...Bonitas vistas desde la terraza del piso de Sandra. Y a dormir que mañana nos vamos a Milano.


Día 2.
Otra vez a las 6.30 en pie. Un tren nos lleva a Milán, donde hace aún más calor que en Bergamo. Visitamos la Galería de Vittorio Emmanuelle (- Gracias. Thank you. Lo que sea. Marta hablará cualquier idioma menos el italiano, está comprobado, jaja). A la salida nos encontramos el Duomo, la catedral (a la que corresponde la foto). Cosas insólitas pasan en esta ciudad: ¡Jesucristo tiene página web! Unos 200 peldaños más arriba, y pisando el tejado de la catedral, observamos toda Milán y cómo yo me derrito. Visitamos un par de Iglesias más, con el rídiculo inconveniente de tener que ponernos chaqueta Yoli y yo (estos curas mira que son raros, no les parece bien que en verano lleves tirantes). Nos quedamos a las puertas (nunca mejor dicho) de ver "La última cena" de Leonardo da Vinci. Un castillo con gatos moqueantes. Fuentes que nos refrescan al lado de esculturas de boxeadores. Tren de vuelta a Bergamo con olores raros y muchas, muchísimas risas. Cenita y por la noche obras en la calzada hasta altas horas de la madrugada (miedo me daría que hubiera PlanE en Italia, no podría dormir ni un solo italiano).


Día 3.

Amenaza tormenta. Deja de ser amenaza. Está lloviendo con ganas. Ya no podemos ir al lago de Lecco. Iremos después de comer. Carreras para no perder el tren. Durante el trayecto vemos cómo va oscureciendo fuera, sólo son las cuatro de la tarde y llueve a mares. Entre el andén y la estación nos calamos, es una sensación genial, la lluvia fresquita nos ha empapado, pero la siguiente sensación ya no es tan agradable: nos estamos congelando. Pues nada, llegar para coger el tren de vuelta. Y aquí estoy, escribiendo. Aún falta día y medio de viaje y esto promete.

martes, 14 de julio de 2009

Una bonita canción



Domingo astromántico
Love of Lesbian

Y ya lo sé, otra vez ha sucedido,
volaron los manteles y el domingo se hizo
especial.

Flotaba en azoteas todo mi deseo,
un solecito bueno y tus
faldas al viento,
nada más.

Aeroplanos que saludo moviendo un
espejo,
la ropa y tu pelo se movían al mismo compás,
nada más.

Te deslizas como si fueras de viento
y al contacto con mis dedos te
desvanecieras.

Si tu magia ya no me hace efecto,
¿cómo voy a
continuar?
Si me sueltas entre tanto viento,
¿cómo voy a continuar?,
¿cómo voy a continuar?

Recuerdo que sopló la luna y era en pleno día
y entre aquellas nubes vislumbraste la estrella polar,
y algo más.

Madelmans haciendo slalom por tu cuello,
aire que se lleva tus
misterios, hacia el Sur se van.

Y sé que a veces piensas que estoy algo
ido,
pero nunca pierdo una sola oportunidad de admirar cómo ...

Te deslizas como si fueras de viento
y al contacto con mis dedos te
desvanecieras.

Si tu magia ya no me hace efecto,
¿cómo voy a
continuar?
Si me sueltas entre tanto viento,
¿cómo voy a continuar?,
¿cómo voy a continuar?

lunes, 13 de julio de 2009

viernes, 10 de julio de 2009

Unos cuerpos son como flores.

Unos cuerpos son como flores,
otros como puñales,
otros como cintas de agua;
pero todos, temprano o tarde,
serán quemaduras que en otro cuerpo se agranden,
convirtiendo por virtud del fuego a una piedra en un
hombre.

Pero el hombre se agita en todas direcciones,
sueña con libertades, compite con el viento,
hasta que un día la quemadura se borra,
volviendo a ser piedra en el camino de nadie.

Yo, que no soy piedra, sino camino
que cruzan al pasar los pies desnudos,
muero de amor por todos ellos;
les doy mi cuerpo para que lo pisen,
aunque les lleve a una ambición o a una nube,
sin que ninguno comprenda
que ambiciones o nubes
no valen un amor que se entrega.

Luis Cernuda.

(Mañana os explicaré el signficado de este poema para mí.)


jueves, 9 de julio de 2009

Cadáver ínfimo

Se murió diez centímetros tan sólo:
una pequeña muerte que afectaba
a tres muelas careadas y a una uña
del pie llamado izquierdo y a cabellos
aislados, imprevistos.
Oraron lo corriente, susurrando:
«Perdónalas, Señor, a esas tres muelas
por su maldad, por su pecaminosa
masticación. Muelas impías,
pero al fin tuyas como criaturas.»
Él mismo estaba allí,
serio, delante
de sus restos mortales diminutos:
una prótesis sucia, unos cabellos.
Los amigos querían consolarle,
pero sólo aumentaban su tristeza.
«Esto no puede ser, esto no puede
seguir así. O mejor dicho:
esto debe seguir a mejor ritmo.
Muérete más. Muérete al fin del todo.»
Él estrechó sus manos, enlutado,
con ese gesto falso, compungido,
de los duelos más sórdidos.
«Os juro
—se echó a llorar, vencido por la angustia—
que yo quiero morir mi sentimiento,
que yo quiero hacer piedra mi conducta,
tierra mi amor, ceniza mi deseo,
pero no puede ser, a veces hablo,
me muevo un poco, me acatarro incluso,
deducen que estoy vivo,
mas no es cierto:
vosotros, mis amigos,
deberíais saber que, aunque estornude,
soy un cadáver muerto por completo.»

Dejó caer los brazos, abatido,
se desprendió un gusano de la manga,
pidió perdón y recogió el gusano
que era sólo un fragmento
de la totalidad de su esperanza.


Ángel González.

miércoles, 8 de julio de 2009

Haciendo tonterías por amor.


Eva sólo ha fumado un par de cigarrillos en su vida y, en ambas ocasiones, fue por amor. Ocurrió en el verano en que estaba liada con un fumador empedernido.
Cuando no podía estar con él, fumaba para recordar su sabor a cenicero.

Poco tiempo más tarde, Eva comprendió que ni el tabaco ni aquel chico le hacían bien alguno.

martes, 7 de julio de 2009

- Mira esas nubes con forma de dunas. El cielo parece un desierto.
- Será un espejismo- dije yo.

lunes, 6 de julio de 2009

Extracto de "Pedro Páramo", de Juan Rulfo.

El calor me hizo despertar al filo de la medianoche. Y el sudor. El cuerpo de aquella mujer hecho de tierra, envuelto en costras de tierra, se desbarataba como si estuviera derritiéndose en un charco de lodo. Yo me sentía nadar entre el sudor que chorreaba de ella y me faltó el aire para respirar. Entonces, me levanté. La mujer dormía. De su boca borbotaba un ruido de burbujas muy parecido al del estertor.

Salí a la calle para buscar el aire; pero el calor que me perseguía no se despegaba de mí.
Y es que no había aire; sólo la noche entorpecida y quieta, acalorada por la canícula de agosto.

No había aire. Tuve que sorber el mismo aire que salía de mi boca, deteniéndolo con las manos antes de que se fuera. Lo sentía ir y venir, cada vez menos; hasta que se hizo tan delgado que se filtró entre mis dedos para siempre.
Digo para siempre.

Tengo memoria de haber visto algo así como nubes espumosas haciendo remolino sobre mi cabeza y luego enjuagarme con aquella espuma y perderme en su nublación. Fue lo último que vi.

jueves, 2 de julio de 2009

Love is a human right


Mi amigo Luis no puede pasear de la mano de su pareja, no se atreve. Y es que su pareja se llama Mario. Son nombres ficticios, pero, por desgracia, la situación no lo es.
Mi amigo no se llama Luis, no soy yo la persona que tiene que “sacarle del armario”. Realmente, no sé por qué se le da tanta importancia a eso de salir del armario, yo no me presento diciendo – Soy Lucía y soy heterosexual (aunque sería gracioso ver la reacción de la otra persona). La situación ideal sería que no importaran las preferencias sexuales de la gente, nadie tendría que revelarlas, simplemente actuar de manera natural.
Me da pena que mi amigo Mario tenga que llevar una “doble vida”. No se atreve a agarrar a su novio, mucho menos a darle un beso en público o a abrazarlo. No quiere exponerse a que la gente les rechace, gire la cabeza hacia otro lado, les mire incisivamente, o, incluso, les agreda verbal o físicamente. En este país que se cree tan moderno, tan liberal, hace muy pocos años que se han aprobado los textos legales que permiten a gays y lesbianas casarse y adoptar. Hubo entonces, y hay ahora comentarios del tipo: ¡Qué escándalo! ¡Eso no puede llamarse matrimonio! ¡Qué clase de educación pueden darle a su hijo adoptado si no tienen valores! Por no mencionar las ridiculeces que llegan a pronunciar los más reaccionarios y los más enfervorecidos católicos: eso es una enfermedad, son unos desviados, entre otras lindezas.
A veces Mario se ríe de mí cuando le preguntó qué sentía cuando empezaba a tener dudas sobre su orientación sexual, pero es una sonrisa triste, no quiere acordarse. Este año el lema del día del Orgullo Gay es “Escuelas sin armarios”, ojalá otros chicos y otras chicas no tengan que pasar por esos momentos de soledad que mi amigo Mario quiere olvidar
.

La foto fue tomada por mi hermana Elena en Brighton, Inglaterra, el día del Orgullo. Hizo muchas fotos ese día, la mayor parte de ellas mucho más "locas", pero ésta es, de entre todas, la mejor, porque, sin duda, el amar es el derecho más humano.

miércoles, 1 de julio de 2009

D.E.P. Justicia universal

Estoy realmente indignada. El otro día me enteré por casualidad de que se había aprobado en el Congreso una enmienda al artículo 23 LOPJ, en concreto, se ha restringido el principio de justicia universal en España. Me parece muy curioso el hecho de que los medios apenas se hayan hecho eco de ello. Realmente curioso. A partir de ahora, la Audiencia Nacional sólo podrá ocuparse de delitos cometidos fuera de España cuando haya conexión con este país. En realidad, cuando el español es el presunto autor del delito, los tribunales españoles son competentes en virtud del principio de nacionalidad. En conclusión, el principio de justicia universal sólo accionará el mecanismo judicial español en el caso de crímenes internacionales cuando los ofendidos sean nacionales españoles o intereses españoles. Vamos a explicarles esto a las víctimas de los genocidios de Tíbet, China, Guatemala, Ruanda,… No, vosotros no, que no sois españoles. Qué más da que no haya ningún otro tribunal interesado en ellos…

Siete organizaciones de defensa de los derechos humanos han elaborado un manifiesto titulado "Día de luto para la justicia internacional". Comparto algunas de las ideas que en él se recogen, por ejemplo, estoy de acuerdo en que “España se preocupa más por no ofender algunos gobiernos poderosos que por poner fin a la impunidad de la que gozan los criminales”.

Me pregunto qué pensará de todo esto Almudena Bernabéu. Para los que no la conozcáis, ella es una abogada valenciana que trabaja en una ONG de San Francisco, defendiendo víctimas de violaciones de derechos humanos. Algunos de los casos que ha llevado se han sustanciado ante la Audiencia Nacional. Supongo que también estará de luto.

Presentación

No se me ocurre mejor comienzo para el blog que el siguiente:

"Llamadme Ismael. Años atrás, no importa cuántos, hallándome con poco, o ningún dinero en la faltriquera, y sin nada que me interesara especialmente en tierra, se me ocurrió hacerme a la mar por una temporada, a ver la parte acuática del mundo. Es el sistema que tengo de ahuyentar la hipocondría y regular la circulación sanguínea. En cuanto noto en mi alma las húmedas brumas de noviembre, cuando me detengo involuntariamente ante las funerarias, o me agrego al cortejo del primer entierro con que tropiezo, y particularmente cuando la hipocondría me domina de tal forma que necesito de mis fuertes principios éticos para no lanzarme a la calle a quitarle a golpes, metódicamente, los sombreros a la gente...entonces, ya sé que es tiempo de embarcarme en cuanto pueda. Es mi sucedáneo del tiro de pistola. Catón se arroja sobre su espada, haciendo aspavientos filosóficos; yo me embarco pacíficamente. No hay en ello nada sorprendente. Si bien lo miran, no hay nadie que no experimente, en alguna ocasión u otra, y en más o menos grado, sentimientos análogos a los míos respecto del océano."

Últimamente me ha dado la tentación de "quitar sombreros" en muchas ocasiones, pero, en lugar de volverme marinera, me he decantado por usar la palabra para combatir esta mezcolanza de rabia, frustración y vete tú a saber qué más.

Además, como dice Eduardo Galeano en "El libro de los abrazos":

"Cuando es verdadera, cuando nace de la necesidad de decir, a la voz humana no hay quien la pare. Si le niegan la boca, ella habla por las manos, o por los ojos, o por los poros, o por donde sea. Porque todos, toditos, tenemos algo que decir a los demás, alguna cosa que merece ser por los demás celebrada o perdonada."

Buena suerte y hasta luego.