jueves, 23 de julio de 2009

La soledad.




El Domingo pasado el suplemento de El País incluía un reportaje titulado "Cómo viajar con los demás (o solo)", enmarcado en su sección de Psicología. Dado que acabo de venir de un viaje en grupo, me lancé a leerlo con interés.


En el artículo se pueden separar dos partes.

En la primera de ellas, el autor habla de los viajes que realizamos acompañados de otras personas, las rencillas que pueden aflorar y los presupuestos para que todo funcione bien: paciencia, flexibilidad, respeto, sentido del humor y gratitud. Prefiero no entrar a comentar más esta parte, porque en mi viaje creo que faltaron al menos tres en algún momento (y esto desencadenó algún que otro conflicto).
La segunda parte nos vende las ventajas de viajar solo (una de ellas ya ha aparecido implícitamente en la primera parte: evitar los problemas de la convivencia). El autor, que manifiesta haber experimentado la aventura de unas vacaciones en soledad, afirma que son convenientes para "crecer y madurar emocionalmente".

En este artículo aparecen varios aforismos que quiero compartir:
"¿Por qué, en general, se rehúye la soledad? Porque somos muy pocos los que encuentran compañía consigo mismos", Carlo Dossi.
"El instinto social de los hombres no se basa en el amor a la sociedad, sino en el miedo a la soledad", Arthur Schopenhauer.
"Aprendes a estar solo cuando comprendes que nunca lo estás realmente", Marc Oromí.

No hay comentarios:

Publicar un comentario