jueves, 3 de marzo de 2011

Cosas que pasan (V)

Cada dos o tres meses, Jacobo cambia de afición preferida. Ahora tocaba la literatura, así que comenzó a leer la sección de cultura del periódico para informarse acerca de qué autor estaba de moda. Un día, se topó con un gran titular que anunciaba que, en un mes, un afamado escritor visitaría su ciudad, con motivo de la presentación de su última novela. De este escritor, las reseñas destacaban la sobriedad y la elegancia de sus textos. Jacobo sonrió, decidió que leería toda su bibliografía, ya que no había sido un autor muy prolífico, únicamente había publicado cinco novelas, aunque todas de gran calidad, por lo que comentaban los críticos. Comenzó a soñar con acudir a reuniones de intelectuales y participar en sus tertulias cual erudito, mostrando a los otros que él era un gran conocedor de este autor tan relevante.

Acudió a la librería más próxima a su casa y pidió todos los libros que tuvieran en existencias que hubieran nacido de la mente de ese grande. Sin embargo, para su decepción, se habían agotado todas sus novelas, y únicamente disponían de un ejemplar de su autobiografía, aunque le prometieron que en el plazo de una semana llegarían los volúmenes solicitados. Jacobo decidió que leer las memorias le daría un nuevo cariz a la lectura de las obras, una interpretación enriquecida de cada frase.

Según pasaba las páginas, Jacobo iba sintiendo más y más angustia, al comprobar como sus ilusiones se deshacían. El escritor había sido en su infancia un niño enclenque, en su adolescencia un pusilánime y en su época adulta era un hipocondríaco, un pagado de sí mismo y ...un sinvergüenza. De ninguna manera podría leer ninguna de las obras de este engendro, sentenció al cerrar el libro.

Jacobo estaba terriblemente desconsolado. Pero ya que había invertido su tiempo en conocer a fondo a este ser terrible, acudió a la cita vestido con su mejor traje, acompañado de un sombrero y unas gafitas redondas que había comprado para la ocasión, y que le daban un cierto aire bohemio, y en el turno de preguntas, levantó la mano para expresar, de manera solemne:

– Le odio.

15 comentarios:

  1. Estupendo y con humor, me gusta.

    Besos

    ResponderEliminar
  2. Qué sincero! esperaba todo lo contrario, que hipócritamente le iba a felicitar por sus obras.

    ResponderEliminar
  3. No sé si me equivoco pero tengo la impresión de que este Jacobo es un tipo grande. Grande de estatura, quiero decir, para hacer honor al dicho “Jacobo, Jacobo cuanto más alto más bobo”
    Pero qué falta de todo, ahí medio insultando al pobre escritor, jaja. Yo a partir de ahora tendría mucho cuidado con él, no siendo que, tan propenso a dar el espectáculo, cuando le dé por el fútbol como nueva afición lo veamos en el césped del Camp Nou a lo Jimmy Jump diciéndole a Messi que es un matao

    Muchos besos.

    ResponderEliminar
  4. Eso es lo que quisiera hacer con Vargas Llosa en este momento. Tanto me deslumbro con sus primeros libros, y ahora: lo odio!!!

    ResponderEliminar
  5. Uy, a mi se me vino a la cabeza el mismo autor que a Curiyú cuando leí el cuento.

    Feicitaciones para Jacobo. Hay que tenerlas bien puestas para ir a levantar la mano y escupir un "te odio" público al artista del momento.

    ResponderEliminar
  6. Jajajajajajajajajajajajajajaja

    ¡Sí! Anda que no me habrá pasado veces de leer a autores y luego odiarlos con toda mi alma.

    Genial cuento. Te haces esperar pero siempre es estupendo leerte.

    ResponderEliminar
  7. si, es que de muchos autores y artistas es mejor solo conocer su obra y mantenerse en la ignorancia con respecto a su vida. Yo creo que hay que juzgar siempre al producto, no a la persona. Un beso

    ResponderEliminar
  8. jajajaja, yo también creo que, a veces, es mejor no conocer a la persona que está detrás de las palabras... Un abrazo grande, Lucía.

    ResponderEliminar
  9. Jacobo estuvo a la altura.
    Bien por él.

    Besos.

    ResponderEliminar
  10. A veces queremos hacer una sola
    cosa con la producción y el productor...
    Muy buena entrada.
    El personaje me encantó. jaja.

    Saludos.

    ResponderEliminar
  11. such a cute blog! love it! :)

    natalieoffduty.blogspot.com

    ResponderEliminar
  12. El odio no es patrimonio de todos, hay personas que no lo conocen, solo les quedan los buenos recuerdos y el amor.Saludos de Antonia

    ResponderEliminar
  13. A veces idealizamos demasiado a una persona...pero quién no ha tenido debilidades y tropiezos, somos tan sólo humanos y con eso digo todo. Bien planteado Lucía y hermoso relato como siempre! Un abrazo.

    ResponderEliminar
  14. Ja ja ja pues cuando le toque el turno a la música con los canallas que hay sueltos no existirá suficiente odio en el mundo ja jaja

    "Besísimos"

    ResponderEliminar