Manuel es mi vecino del 5º C. Es un tipo peculiar. A veces, baja a pedirme sal para condimentar las verduras que cocina en su wok. Él es vegetariano. Y yo soy su vecina favorita. Os preguntaréis por qué lo sé. Pues bien, Manuel es claustrofóbico. Jamás ha puesto un pie en el ascensor del bloque, así que baja los cuatro pisos que nos separan y los vuelve a subir, con mi regalo salado. No lo haría si yo no fuera su preferida. Se limitaría a tocar la puerta de Doña Julieta, la viuda del 5º B, o de la familia Fernández del 5º A, por no hablar de los pisos inmeditamente inferiores.
Manuel es bastante despistado. En un par de ocasiones, ha venido a requerirme sal con el salero repletito en la mano. No le dije nada entonces, para no dejarle en evidencia, al pobre. Además, es muy tímido. Sus excursiones a por sal son muy graciosas. Asoma sus ojos azules por encima de sus gafijas y en un tono casi inaudible formula la petición.
Hace unos días que no le veo. La cotilla del 2º A dice que lleva encerrado en su casa dos semanas. Por lo visto, hace un mes, cuando Manuel estaba en pleno trote por el parque, como manda su rutina deportiva dominguera, se cruzó con una mujer de la que quedó prendado. Este Manuel, si es que de un enamoradizo... Pero, por culpa de su falta de arrojo, no se atrevió a preguntarle su nombre, mucho menos si quería ir al cine, a tomar un café o a bailar un twist. Lo único que hizo mi querido vecino fue ir a correr al mismo parque el domingo siguiente, esperando volver a encontrarla. Como en la primera vuelta no sucedió, recorrió otras cuatro. En la última de las cuales, más que correr, se dejaba llevar por la inercia y el poco viento que soplaba. Finalmente, el paisaje comenzó a difuminarse y se desmayó. Cuando recobró la consciencia, dolorido y agotado, consumió sus últimas fuerzas en gritar:
— ¡EL AMOR ES PERJUDICIAL PARA LA SALUD!
Jajaja, y tanto!! en dosis altas puede resultar altamente peligroso. Es mejor irlo dosificando poco a poco. Me ha encantado :). Un abrazo
ResponderEliminarsi?
ResponderEliminarno sabía que había un texto mío por ahí, o sí... no sé. Hoy estoy despistada :)
pues muchas gracias
me ha hecho mucha ilusión!
(el amor es una enfermedad, pero para eso andamos sin defensas)
te leo :)
Demasiada sal para el amor. O demasiada claustrofobia.
ResponderEliminar¿Y no será que en vez de su vecina favorita eres tú la persona de la que está prendada? O eso, o el hecho de bajar a por sal teniendo a Doña Julieta y la familia Fernández al lado y a veces con el salero lleno, me dice que está un poco pa allá.
ResponderEliminarY va a correr para entrenarse, para tanto subir y bajar escaleras, no porque haya visto a nadie. A la que ha visto es a ti, que te pide sal en vez de invitarte al cine, a tomar un café o bailar un twist. Mira que si la despistada eres tú, y no el pobre Manuel…, jaja.
Besos
A bailar un twist es un exelente progama para un fin de semana. ¿Por qué no subis y lo invitas?
ResponderEliminarExelene relato.
Cordiales saludos.
Ja ja ja, menudo es Manuel. Ahora me imagino que llevará un mes con agujetas en el corazón ;)
ResponderEliminarBesos enormes
El amor nos transforma la vida elevandola a su maxima potencia o termina hundiendonos en el fondo de la depresión. Al final Manuel termino salado... Uff!
ResponderEliminarUn gran abrazo.
Pobre hombre... de todas formas, "asaltar" a una mujer en un parque sudado, resoplando por el esfuerzo y con los nervios propios de la mujer que tienes delante no es lo mas facil del mundo ni da la mejor imagen.
ResponderEliminarEs mas facil bajar a pedir sal a ver si te invitan a un cafe, y si no funciona dar pistas de que sal ya tienes pero café en taza no.
Un saludo, me ha gustado el post :)
y que razon tenia cuando grito eso..
ResponderEliminarPodría ser verdad en el caso de Manuel, pobre, pero el amor bien vale la pena vivirlo. Precioso te ha quedado! Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarde acuerdo con el amigo Manuel, lindo el blog, pasaré seguido
ResponderEliminarjajaja también debería gritar lo mismo!
ResponderEliminarAhhhh pobre Manuel... otro corazón roto en el mundo, el amor es perjudicial para la salud!!! jajaja no pude evitarlo, pero creo que puede tener razón... un poco al menos!!!
ResponderEliminarLucía gracias por tu visita en mi blog el tuyo es muy lindo para besos y abrazos, me dare la vuelta para leerte!!! ciaooo :)
Muy bueno, el final me ha recordado el título de una peli española, era algo así.
ResponderEliminarBesos
¡Pobre Manu!, las mujeres son nuestra perdición, qué cosa bárbara. Para la próxima, que vaya al parque con un libro, se siente en un banquito y espere. Total, en el peor de los cosas, disfrutará de la lectura y no de un dramático desmayo.
ResponderEliminar¡Beso!
las vecinas son perjudiciales para el amor.
ResponderEliminar.
Perjudicial en grado sumo.
ResponderEliminarLo mires por donde lo mires.
Besos.
En la vida lo mas bello es el amor, te sientes feliz cuando se comparte y te sientes morir cuando no es correspondido.
ResponderEliminares un placer pasar a leerte.
que tengas una feliz semana.
un abrazo.
Es que el amor duele, sobre todo cuando uno moríria por él...
ResponderEliminarSaludos y un abrazo.
No lo habría sabido decir mejor!
ResponderEliminarUn beso!
Acabo de leer un libro, Una inquietante simetría, que la verdad es que no me ha hecho mucho tilín, exceptuando a un vecino maniático del último piso, del que me he enamorado completamente.
ResponderEliminarY el texto, la última frase lo clava. Clap, clap.
¡Y sí que lo es! Pero... ¿quién dijo que pretendía salir ileso?
ResponderEliminarA paso fugaz te saludo, Lucía. Como siempre, maravillosas tus entradas (que a todas leo, aunque no comente en cada visita; perdón por ello).
... vuela esta canción ...
El amor mata, pero vayamos muriéndonos...
ResponderEliminarMuy bueno el texto, Lucía. ¡Pobre Manuel!
Besos