domingo, 20 de septiembre de 2009

A través de la ventana.

A través de la ventana vió la gente pasar, la vida pasar.
Desde hacía unos años había decidido recluirse, apartarse del mundo exterior.
Todo esto vino motivado por un don que ella tenía: era una empática. Sí, se impregnaba de las emociones de los demás, haciéndolas suyas. Así, si quedaba con un viejo colega y éste estaba agobiado por el exceso de trabajo, cuando terminaba el encuentro, se hallaba sumida en un profundo estado de nerviosismo, sin saber muy bien por qué.
La situación se fue agravando con el paso del tiempo. Cierto día, se cruzó por la calle con una pareja de recién casados y su semblante se tornó emocionado, radiante de alegría. Al rato, se topó con un vagabundo que pedía unas monedas para poder comprar algo que llevarse a la boca, y se puso a llorar sin remedio, mientras corría desesperada hacía su casa, eligiendo las calles que a esa hora sabía desiertas.
No podía vivir así. Sus emociones eran como una cometa movida por aires juguetones y continuamente cambiantes. Trató de ir al psicólogo, pero el resultado fue el contrario al esperado, en lugar de encontrar la paz, se le pegaron a la piel los distintos estados anímicos de los pacientes que con ella compartían la sala de espera del profesional.
Decidió evitar el contacto con cualquier persona, para lograr una apatía total hacía el mundo exterior y poder disfrutar tranquila de sus propias emociones, que, resultaron resumirse en una única: soledad.

12 comentarios:

  1. Pobrecilla.
    La otra alternativa era encerrar al resto del mundo, pero claro, no parece muy equitativo.

    Besos.

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  2. La soledad es la madre de todas las emociones posteriores, me parece. Y es un arma de doble filo: o se convierte en la más fiel compañera, o es la más mordaz enemiga.

    Un beso, Lucía.

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  3. La idea es una genialidad.
    Como a veces la empatía se te vuelve en contra eh. La pregunta que surge es, quién es empático con los empáticos?
    Feo bicho la soledad.

    Beso

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  4. las penas con una cervecita son menos.

    la soledad es una visita agradable si es breve, una incómoda pariente si viene a instalarse en tu casa.

    biquiños

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  5. Toro Salvaje, desde luego la opción que planteas es más cómoda para el personaje, jeje, pero habría que hacer un gran esfuerzo en infraestructuras, ¿ampliación del Plan E?Jeje.

    Siberiana, creo que la soledad, en su justa dosis, es necesaria.

    Vocero, buena pregunta la tuya, habrá que meditar la respuesta, jaja.

    Drapo, si puede ser una Guiness, me apunto, jeje.

    Un abrazo!

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  6. Uffff, pobre, qué angustia. Mola ser empática pero.... ¿tanto????? Un beso, Lucía.

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  7. Qué brillante estuvo esto Lucía... Me encantó; me quedé pensando... Es muy interesante este juego de antípodas; los extremos... Muy bueno. Gracias por visitarme. Un beso grande

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  8. Muy original. Demuestra que cualquier extremo es malo, hoy en día el mundo carece de empatía y todo va como va, pero está claro que si todos fuéramos tan empáticos como describes en el texto, nos olvidaríamos de quienes somos. Me ha gustado y me seguiré pasando.
    Un saludo.

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  9. Bueno, los extremos no son buenos, pero creo que tomarse un tiempo en soledad le podría servir para conocerse más a sí misma y dosificar esa enorme empatía.
    Muy bueno tu escrito!
    Gracias por visitarme, te seguiré leyendo.
    Un beso.

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  10. Buenas noticias, es bueno ser empático, pero como todo, en su justa medida.

    Interrogante, gracias a tí por tu comentario.

    L, coincido contigo: al mundo le falta empatía. Cada vez más nos preocupamos sólo por nosotros mismos y el resto sólo nos incumbe cuando nos afecta.

    Luci, la soledad nos ayuda a conocernos mejor, es cierto, pero la soledad impuesta nos destruye.

    Un abrazo y gracias a todos!

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  11. Desde mi ventana veo y vivo cosas qye hay veces que me desbordan, y sí, decido parar, recurrir al silencio y quedarme sola.Me llevo bien con la soledad, busco su "compañía" cuando me duele el estómago de tantas emociones.

    besos

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  12. Sentir mucho no tiene porqué ser malo, la cuestión es cómo enfocas esos sentimientos, hacia dónde te mueven.
    Desde luego, si el sentimiento supera, uno debe retirarse, pero... eso pasa una vez, el siguiente asalto uno lo conoce mejor, no?
    Creo que la clave pasa por el actuar (que no el fingir, eh? jaja)
    bso

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